Si un niño quiere ir a su ambiente, si un niño pierde la noción del día, de sus propias necesidades, si a la hora de irse el niño, él sigue inmerso en su quehacer del ambiente... Podemos estar seguros de qué cumple con las necesidades de los niños.
Los niños pequeños, no saben " pretender" ser feliz. No saben esconder sus emociones, su espontaneidad es nuestro mejor índice a la hora de valorar nuestro trabajo como arquitecto del nido de los pequeños.
¿Y si no usan los materiales? ¿Y si no quieren participar? ... Entonces... OBSERVA. Y dales la libertad de cambiar de lugar los objetos, la distribución, hacer suyo el ambiente.
Si somos capaces de observar una planta y darle lo que necesita para vivir, ¿porqué no podemos hacer lo mismo en nuestro jardín de infantes con las semillas del presente y futuro?
Céline Hameury
www.montessorihoy.blogspot.com
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