María Montessori ha dicho:
“Un adulto tiende a cambiar su medio, es un trabajo de esfuerzo consciente dirigido hacia la producción de un resultado externo, en suma, ayuda a erigir una civilización. Pero el trabajo del niño es totalmente diferente. Para el no existe esta misma consciencia clara de que hay que lograr un fin externo. La finalidad real de la actividad de un niño es algo mas profundo, más vital, oculto… Esta es la razón por la que a menudo, un niño no se detiene cuando ha alcanzado el fin aparente de sus labores.”
Cogido del libro: La revolución Montessori en la educación, P13.
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