Montessori en Asturias

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Otras formas de educar en Parres

La asociación «Flores de Berezu» apuesta por las pedagogías alternativas en las que el protagonista es el niño y no el profesor

19.02.2013 | 01:48
Los participantes aprenden la tabla del 3 con un ovillo de lana.
Los participantes aprenden la tabla del 3 con un ovillo de lana.
Arriondas (Parres),

Patricia MARTÍNEZ

«Si cada uno desde pequeño hiciera lo que más le gusta, tendríamos mejores especialistas». Céline Hameury es especialista en el «método Montessori» y explica así la importancia de que los niños pasen de espectadores a actores principales, un papel que en la escuela convencional ocupan los profesores.

Hameury impartió un curso en Arriondas invitada por la asociación «Flores de Berezu», constituida recientemente y que trata de crear un espacio para las pedagogías alternativas en el concejo. Una de ellas es la que diseñó María Montessori, una científica y educadora italiana que vivió en España a principios del siglo pasado.

Su legado alcanza desde «cómo enseñar a vestirse hasta sonarse los mocos, pasando por las raíces cúbicas, los binomios o la historia del planeta Tierra», describe Hameury. Todo con la condición de que se trabaje para «encender la llama del interés de la curiosidad de los niños» y no imponiendo los estrictos programas didácticos de la escuela convencional.

Hay otras formas de aprender Lengua, Historia o Música y también de afrontar los retos de la vida cotidiana, tales como resolver un conflicto. La que defiende Hameury es «buscar qué es lo que realmente nos apasiona», y pone como ejemplo la gran cantidad de adolescentes que al finalizar el Bachillerato no saben qué hacer u optan por la opción «con más salida», pero no «por lo que su alma quiere», explica.

Este método propone descubrir, a través de la pasión de cada uno, el resto de disciplinas. La especialista pone como ejemplo a «un niño al que le encanta cocinar. Tiene que saber matemáticas pero también leer y escribir, tiene que conocer de dónde vienen los ingredientes. Ve todo partiendo de su interés».

Esta fórmula, que en España de momento sólo se puede seguir de forma íntegra en escuelas privadas, no emplea exámenes ni deberes, mezcla a los niños por edades y convierte el aprendizaje en algo tan placentero como un juego.

Los binomios y trinomios son, a través de este método, puzzles y la tabla de multiplicar se enseña con los dedos de las manos o con un ovillo de lana, por citar algunos ejemplos del hueso más duro en los colegios, las matemáticas. En lugar de memorizar conceptos abstractos, el «método Montessori» apuesta porque el niño manipule y juegue con los materiales.

La asociación «Flores de Berezu» aglutina a una docena de familias que comparten la idea de formar un grupo de juego basado en la pedagogía activa. «Que sean los niños los que marquen un poco el ritmo», explica Ana Iglesias, integrante del colectivo.

Para desarrollar esta actividad, en principio dos tardes a la semana, están buscando un espacio que disponga de interior y exterior, pues pedagogías como la «Montessori» requieren luz natural, acceso libre al patio y sustituyen mesas y sillas metálicas por sillones. Un lugar donde las familias se puedan reunir y los niños desarrollen juegos educativos como talleres de matemáticas, pintura creativa, etcétera.

En definitiva, «donde el aprendizaje se enfoque de otra manera», apunta Iglesias. Esta madre e integrante del colectivo parragués es profesora y quiere que las pedagogías alternativas «se empiecen a conocer también en el sistema público». La idea, añade, «es que los niños quieran aprender a caminar solos».

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