El barro…
Solo era polvo… Y de repente, ploc, ploc, ploc… Al mismo
tiempo que los latidos del corazón, las gotas caen y mojan la tierra. Los
nervios suben, los niños se aglomeran contra la ventana…
Por fin, la orquestra celestial cesa. ¡Es tiempo de jugar!
Botas de agua, un cambio de ropa preparado… Y … ¡A salpicar!
¿Qué pasa si salto en un charco? ¿Habrán renacuajos? ¿Y si
paso con la bici?¿ Puedo hacer bizcochos de tierra… ¿Hay gusanos? ¿Caracoles?
Miles de preguntas surgen, miles de pequeñas investigaciones
espontaneas. Es momento de sentir, vibrar, vivir la naturaleza y sus regalos.
Es tiempo de usar las manos para crear con la arcilla. Es
tiempo de despertar todos los sentidos para disfrutar de la madre tierra.
¿Y después? Después… Aprenderemos a cambiarnos de ropa. Reflexionaremos
juntos sobre lo vivido, lo divertido, lo extraño… Buscaremos nuevas formas de
aprender con la Tierra, el agua y el aire: plantaremos semillas de cambio.
Céline Hameury
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