Se necesitan cuatro parejas de botellitas de material no transparente (de manera que no se vea el contenido) que contengan sustancias perfumadas y de olor agradable dispuestas en una caja.
La edad de mayor interés es a partir de los tres años.
Nos sentamos con el niño, ponemos las botellitas desordenadas sobre la mesa y empezamos cogiendo una. Sonriendo, se huele y se deja delante. Se va buscando la que huele igual y, al encontrarla, se pone a lado de la primera. Se sigue así emparejando todas las botellitas.
El control del error está en el material mismo y se aprende a través de la repetición del ejercicio.
Una posible extensión de este material consiste en desmenuzar hierbas aromáticas y también pétalos de flores y ponerlos en pequeñas bolsitas hechas de gasa para emparejarlas.
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