" No se crean observadores diciendo: Observa; sino dando un medio para poder observar y este medio es la educación de los sentidos.
Una vez puesto en movimiento este mecanismo, queda asegurada la auto-educación puesto que los sentidos refinados facilitan la observación del ambiente y éste con la variedad de sus estímulos atrae la atención del niño y continua su educación psico-sensorial.
Si prescindimos de la educación sensorial, los conocimientos sobre las cualidades de los cuerpos forman parte de nuestra erudición que se compone de cosas aprendidas y recordadas; pero son estériles.
Un niño a quien el maestro ha enseñado el nombre de los colores, ha adquirido una noción sobre determinadas cualidades, pero no ha educado su sentido cromático. El niño reconocerá quizás los colores recordándolos, sin salirse por eso fuera de los límites de la lección recibida. Cuando el maestro provoque la generalización de la idea diciendo " ¿De qué color es esta flor?" , probablemente la atención del niño quedará obstinadamente fija e los ejemplos propuestos sin ir por sí solo, más allá.
(...) En la primera infancia, nuestro propósito debe ser el de favorecer el desarrollo espontaneo de la personalidad psico física y no el de instruir. Por esto, después de haber ofrecido al niño el material didáctico adecuado para provocar el desarrollo de los sentidos, debemos esperar que se desarrolle la actividad de observación. " ( M.Montessori 1915)
M.Montessori
El método de la pedagogía cientifica, primera edición, Araluce. 1915. p 239.
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